El pirotécnico y la mariposa narra la descripción de Bimorí, una trapecista que tiene un accidente durante un entretenimiento: túnica con su aderezo de mariposa, cae desde doce patrones de intensidad y entra en coma… el mismo término en que se entera de que está embarazada. A lo largo de un trayecto denso de excentricidad irá conociendo mandatarios equiparables como una gata ropa de leñadora, una hada, un vidente, un conferenciante de lirismos, un corso o una tortuga gigante que corre a gran viveza ―entre otros― que le ayudarán a dar el trayecto de rotación a residencia. Una novelística inspiracional con formato de «cuento de viajes» que nos hará poseer tanto como El mago de Oz, La princesa que creía en los relatos de ninfas o El caballero de la plataforma oxidada. Con golpes de excentricidad onírica, al gusto de Alicia en el condado de las maravillas, esta batalla, reprensión a convertirse en un escolar moderno, nos lengua de la trascendencia de retener nuestra naturalidad y de encomendar a espaldas arquetipos heredados para averiguar nuestro verdadero sendero y expansionarse de la edad en plena confianza.