Regresa Megan Maxwell con una novela romántico-erótica tan ardiente que se derretirá en tus manos.
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La Puta de la Cuca Humeda de Franck Apasionado pdf
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Las esposas muchas ocasiones no se percatan de lo que le pasa a su cierto espesor, van deambulando, interactúan, se desplazan aquí y ahí, aunque no se dan bolita que se excitan, o tal vez no quieren notar. Estas dueñas pueden o no resignarse a su anhelo, que su cuca húmeda les induce a actuar. Ellas deciden si son las putas de su término aguado. Interesante es conocerlas y ser parte de su tiempo fluvial, de puta sofocada que anda como si nada en la vía, con una cuca sabrosa entre las ancas. Estas putas provoca cogerlas, hacerlas zorra, luego tristemente cualquiera no puede. Estas putas hay que follarlas duro y generan a nuestra dicha, explicaciones que destaca este volumen de coito. Como siempre Franck Apasionado en este y sus otros manuales publicados, destaca el acto sexual la expansión y la impresión de zorras que abren sus pantorrillas, y que como este portafolio se intitula, llegan a ser “la Puta de la Cuca Húmeda”. Espero que os disfrutéis y sigan las otros textos de chicas reales que cuentan su vivencia.
Caminando Con La Cuca Húmeda
Es un día como cualquier otro, fin de semana, estoy totalmente aburrida sin mucho por hacer, decido dar un paseo por la calle. Preparo mi ropa, hoy se me antoja usar mi traje de cuero y montaré mi moto.
Vaya hace tiempo que no doy una vuelta en esta belleza, me pongo mis botas negras y coloco el casco para poder partir a esta aventura de fin de semana. Estoy muy ansiosa por saber qué es lo que sucederá el día de hoy ¡¡.
Al subir a la moto me doy cuenta de que olvidé ponerme las bragas, ahhh qué descuido el mío ¡¡. A medida que emprendo el viaje puedo disfrutar de la hermosa vista que tengo frente a mis ojos y el fino aire cálido colándose entre mi ropa y rozando mis dedos. Tengo sensación de humedad en mi pequeña flor, se va escurriendo entre mis pantalones y cada vez que tiene contacto con los pantalones me chorreo un poco más.
Después de haber viajado por unas horas decido aparcar cerca de un viejo bar, ya para este momento estoy muy caliente. Dónde podré ir ?, me dirijo a un callejón solitario, solo puedo ver unos cuantos gatos subidos en algunos botes de basura, creo que tendré que darme atención yo sola , mi vulva está muy hinchada y jugosa y tengo que descargarla.
Estoy en el callejón, siento la adrenalina correr por el cuerpo, espero no ser descubierta en acción, voy a una esquina y voy bajando lentamente mis pantalones de cuero, introduzco mi mano y encuentro el clítoris que está erecto.
Luego, bajo más la mano he introduzco dos dedos en esta rica cuca, quiero mojarlos para después juguetear con el clítoris ahhhh que rico¡¡, es una sensación deliciosa sentir ésta humedad en mis dedos y poder tocarme de ésta manera.
Han sido pocas las veces en las que sentía ésta adrenalina, recuerdo que la primera vez fue cuando iba la secundaria, estaba con uno de mis compañeros de salón en la parte de atrás de la escuela, casi todos se habían ido, se acercó, levantó mi falda, hizo a un lado mi panty y metió su dedo en mi trasero. No lo podía creer, estaba disfrutando ese momento dejándome totalmente caliente, qué tiempos aquellos¡¡
Al estar fantaseando con ese tiempo de la secundaria, saco los dedos de mi pantalón y los llevo a los labios, quiero probarme, mmmm que rico¡¡ empiezo a tocar mis senos, tengo los pezones erectos y juego con ellos dándoles pequeñas palmaditas. Quisiera poder tener a alguien que me quite éste calor que he traído dentro y ser penetrada, que se vacíe dentro de mí, hasta que escurra su leche por todas partes.
Hasta ahora no he encontrado a alguien que me haga sentir satisfecha, sigo dándome placer, es cuando a lo lejos puedo observar una sombra a la entrada del callejón, se encuentra inmóvil, no se cuánto tiempo lleva ahí, pero la verdad es que no me importa, es más importante bajarme este deseo que una simple sombra al otro lado del callejón.
En el momento en que logro saciar estas ganas locas subo mis pantalones y acomodo mi ropa para dirigirme a ese viejo bar, no me vendría mal tomar algo para apagar la sed. Camino hacia la entrada del callejón, pero ya no hay nadie, una sonrisa burlona se dibuja en mi cara, sé que quien estuvo ahí disfruto todo lo que pudo ver y satisfecho se marchó.
Entro al bar y encuentro para mi sorpresa un lugar muy confortable, buena música y luz tenue, son de esos lugares en los que puedes pasar varias horas sin aburrirte. Camino hacia la barra y pido una cerveza.
-Qué te sirvo?
– Una cerveza de barril por favor
***SOLO HOY Y ahora supera mi beso de Megan Maxwell 
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